Es fácil asociar la palabra estrés con un estado de nerviosismo o con un agotamiento relacionado a una saturación personal. Pero no relacionamos el estrés como una consecuencia que puede estar afectando de forma negativa a nuestra calidad de vida.
Existen tres tipos de estrés que siempre tendremos muy en consideración a la hora de establecer un plan de cuidado quiropráctico, ya que todos ellos son muy importantes para poder valorar y ver cómo ha podido afectar a vuestra columna vertebral y con ello, a vuestro Sistema Nervioso.
El estrés físico
Este es el tipo de estrés que se suele identificar con más facilidad. Puede estar causado por diferentes causas, como pueden ser caidas, accidentes, golpes o cirugías que habéis podido tener a lo largo de vuestra vida.
Nuestro ritmo de vida actual, nos obliga a que pasemos muchas horas en posiciones poco ergonómicas que nuestro cuerpo va compensando para que podamos seguir funcionando en nuestro día a día.
Pero llega el día en que se nos cae un papel al suelo, nos agachamos y ….¡Nos quedamos cogidos!
En seguida asociamos ese pinzamiento a una posible mala postura a la hora de agacharse, pero no somos conscientes de que ha sido una respuesta a un estrés físico al que hemos estado sometidos desde que nacimos.
Por eso es muy importante realizarnos chequeos de nuestra columna, tener una buena higiene postural y mantenernos libres de subluxaciones para reducir el impacto del estrés físico.
El estrés químico
Este es el tipo de estrés que más desconocemos, pero en el que tenemos una gran exposición todos los días.
El estrés químico es todo lo que nuestro cuerpo recibe de “fuera” a “dentro”. Es decir, es todo lo que comemos, ingerimos, bebemos, inhalamos o exponemos a nuestro cuerpo.
Y…¿Cuáles son las cosas que nos produce un estrés químico en nuestro organismo?. Vamos a poner algunos ejemplos:
- El tabaco
- El alcohol
- El uso continuado de medicacióna contaminación y la polución
- Las bebidas energéticas y el exceso de cafeína
- Comidas procesadas y los productos refinados
- La radiación
Como se puede comprobar, gran parte de esta lista está muy presente en nuestro día a día, incluso ha llegado a normalizarse como parte de nuestros hábitos alimenticios o rutinas.
Nuestro cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación pero la velocidad en la que ha ido evolucionando nuestros ritmos de vida, ha hecho que recurramos a productos procesados por falta de tiempo. No se ha creado una verdadera conciencia de cómo esto puede provocar un estrés y un esfuerzo extra en nuestro cuerpo.
Es por eso, que es esencial intentar agregar hábitos saludables para conseguir una salud óptima.
El estrés emocional
El estrés emocional es uno de los tipos de estrés que consideramos muy importantes ya que se desconoce el gran impacto que pueden tener sobre nuestro organismo.
Es el que se produce por preocupaciones de nuestra vida provocado por diferentes causas como problemas económicos, inestabilidad laboral, preocupación por los estudios, causas sentimentales o cualquier otro tipo de angustia.
Piensa un segundo… ¿Recuerdas tu primera ruptura?
Después de esa discusión en el trabajo… ¿Cómo llegaste a casa?
Sensación de cansancio, presión en el pecho, disminución de la energía…Es indiscutible que las emociones tan fuertes que nos producen situaciones de ese tipo pueden llegar a producir un efecto físico dentro de nuestro cuerpo.
Normalmente, no asociamos este tipo de síntomas físicos con sobrecargas o estrés emocional. Pero nuestro Sistema Nervioso recoge las emociones como impactos físicos y nos lleva a permanecer en un constante estado “estado de alerta”, en el cuál, nuestro corazón late más deprisa, nuestra respiración se convierte en cortas y rápidas y el cuerpo entra en un estado de cansancio absoluto.
Existen herramientas que nos pueden ayudar a disminuir este tipo de estrés:
- Aprender a respirar de forma consciente
- Realizar actividades físicas
- Seguir una dieta equilibrada y evitar bebidas estimulantes (café, refrescos…)
- Meditar, aunque sean, 5 minutos al día
- Los ajustes quiroprácticos, ya que estos aseguran que el Sistema Nervioso esté funcionando a su nivel más óptimo
Nadie está libre del estrés ya que es algo completamente normal. El problema real está cuando exponemos de forma continuada a nuestro cuerpo a una saturación de estrés que no es capaz de soportar.
Esta tensión aparece en forma de subluxación creando así interferencias que provocan que nuestro Sistema Nervioso funcione a su máxima capacidad.
Es por ello que añadir a nuestra vida la meditación, una dieta equilibrada, practicar deporte, intentar dormir las horas que realmente necesitamos y acudir a los ajustes quiroprácticos nos ayuda a mantener nuestro cuerpo funcionando al 100%
Mediterráneo Quiropráctica
Centro especializado en la columna vertebral y Sistema Nervioso